Consiste en una aguja imantada que señalaba el norte magnético. Dado que este no coincide exactamente con el punto en el norte en torno al cual rota el planeta, los navegantes debían proceder a identificar la declinación magnética (que era la diferencia entre el norte real y el norte magnético). La brújula, entonces, permitía a los navegantes ubicarse y determinar el rumbo que debían tomar para llegar a su destino.