Un fenómeno que se produjo a la sombra de la libertad de imprenta que siguió a los periodos de auge de censura fue el aumento en el número de publicaciones periódicas, de ideologías y naturalezas muy diversas: socialistas, liberales, conservadoras, católicas, obreras, satíricas, eleccionarias, literarias, etc. Si bien la prensa colombiana se había caracterizado durante el siglo xix por ser poco regular y contar con varios títulos pero de escasa permanencia en el tiempo, con la libertad de imprenta este fenómeno aumentó: la consolidación de periódicos de escala nacional y los grandes diarios fue acompañada por un sinnúmero de publicaciones de diversa regularidad, orientación, tamaño y extensión. La variedad de publicaciones es muestra de la riqueza de opinión, la necesidad de informar desde diferentes orillas y el papel central que había adquirido la prensa periódica como mediadora del debate público.
Paradójicamente, en 1957, hacia el final de uno de los periodos más agudos de censura oficial —durante los mandatos de Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez y la dictadura de Rojas Pinilla—, este fenómeno no ocurrió. Por el contrario, hubo una reducción significativa del número de periódicos, si se compara con las primeras décadas del siglo xx, y se consolidó la gran prensa: unos pocos diarios de alcance nacional con cercanía a las esferas del poder.