Durante tres días, tres mediadores de Bibliotecas Rurales Itinerantes – BRI lideraron talleres y experiencias en la carpa ‘Latido de saberes desde la ruralidad colombiana’, en la 18ª Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín.
Compartir la palabra y las memorias, reconocer las prácticas comunes y recorrer nuevos territorios y culturas desde los saberes del otro, fueron algunas de las experiencias que dejó la participación de tres mediadores BRI durante el 6, 7 y 8 de septiembre de 2024 en la 18ª Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín.
En este encuentro, María Margarita Domínguez, desde Ovejas, Sucre; John Edison Rivera, de Circasia, Quindío; y Adriana Vanessa Tisoy, desde Santiago, Putumayo, representaron a los y las mediadoras BRI. Es decir, a quienes transitan a lo largo de 659 veredas y corregimientos del país y crean espacios de participación, planeación, puesta en marcha y fortalecimiento de los procesos comunitarios, colectivos y autónomos en la ruralidad.
Durante los tres días, el grupo de mediadores ofreció talleres experienciales orientados a compartir saberes colectivos, memorias y narraciones de las comunidades rurales BRI, donde la oralidad es protagonista en la trasmisión de saberes intergeneracionales e interculturales; así mismo, se exploraron otras formas de escritura ancestral como el chumbe inga o el tejido en caña flecha de los sombreros vueltiaos.
A continuación, compartimos los testimonios, en primera persona, de María Margarita, John Edison y Adriana Vanessa para conocer un poco más sobre la experiencia que vivieron:
| Adriana Vanessa Tisoy Tandioy
Mujer indígena Inga que junto a su familia lidera la BRI Taita Gabriel Tisoy en Santiago, Putumayo.
Participar en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín ha sido muy significativo no solo para mí, sino para toda mi comunidad BRI. Este evento nos ha permitido visibilizar los procesos que llevamos en la ruralidad junto a los niños, niñas, jóvenes y adultos. Además, pude compartir cómo a través del juego, el tejido, la danza, la música y las diferentes lecturas, podemos reunirnos en comunidad. Lo anterior, para fortalecer los procesos, integrar los saberes propios, la lengua materna, el liderazgo, la protección del territorio, sus ríos, montañas y otras riquezas.
De estos tres días de encuentro en comunidad me llevo grandes aprendizajes en torno a la implementación de actividades, misiones en la comunidad y el territorio, pero me llevo más el abrigo de las personas de la ciudad. Me llevo su energía y su apoyo en estos procesos, que no son solo en torno a la lectura, escritura y oralidad. También están alrededor de la defensa y protección de los recursos de la Madre Tierra, la lucha de las mujeres indígenas y la protección de los derechos de los niños y las niñas del país.
Finalmente, de corazón, infinitas gracias a quienes hicieron posible esto posible. Gracias por permitir unir lazos desde la ruralidad, desde el norte, sur y centro del país.
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| John Edison Rivera Ríos
Líder social y mediador BRI en la vereda La Pola de Circasia, Quindío.
Esta experiencia nos da mucha felicidad y gratitud porque nos sentimos escuchados. Sentimos que nuestros pensamientos y que nuestros saberes se recibieron de manera acogedora. Esto nos llena de experiencia para seguir retribuyendo ese conocimiento y ese intercambio multicultural a las comunidades y con nuestras BRI. Además, estar en la Fiesta del Libro fue una bella responsabilidad. Tuvimos el honor de representar a más de 650 BRI a nivel nacional. Pudimos compartir un poquito del trabajo que hacemos como mediadores desde nuestros territorios y de insistir en la importancia de las BRI para el desarrollo cultural de las comunidades que representamos. Regreso a mi comunidad fortalecido, con nuevas dinámicas, con otras maneras de compartir la palabra, el lenguaje, de compartir esas experiencias de otras comunidades, culturas y tradiciones. Estos espacios son muy importantes para dar a conocer a la sociedad que existen personas en diferentes rincones de Colombia que trabajamos por hacer un país mejor, por movilizar la lectura, la cultura, y por defender los derechos de las comunidades. Las BRI son casas donde se abren las puertas del conocimiento y la defensa de esos derechos. |
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María Margarita Domínguez
Gestora y creadora cultural, mediadora de la BRI Nido de Letras, ubicada en el corregimiento Canutalito de Ovejas, Sucre.
Este espacio significó tener la responsabilidad de llevar no solo nuestro trabajo, sino también de poder representar el enorme trabajo que realizamos todas las BRI en Colombia. Significó entregar lo que soy, desprenderme de lo que llevo y ofrecer sueños y esperanzas a las personas a través de la palabra. Resalto en los talleres aquellos momentos en los que cada persona que nos escuchaba valoraba cada palabra; la recibían con la certeza de que en cada corazón hay una biblioteca humana y de que cada saber, cada habilidad y cada conocimiento que transmitíamos nos convertía a todos en bibliotecas vivas. Resalto el interés de los visitantes por conocer sobre las BRI y, en algunos casos, buscar información sobre cómo tener una BRI para su comunidad. Esta experiencia enriquece mi trabajo en la medida que aprendo de todo y de todos y lo llevo a mi territorio, lo comparto. Solo compartiendo lo que sabemos enriquecemos nuestros procesos. Estos espacios también son importantes porque fortalecen los conocimientos, la autoestima y el valor de nosotros los mediadores. A veces trabajamos y trabajamos con el alma, con el corazón, pero ni nosotros mismos reconocemos nuestro trabajo. Finalmente, estar en la Fiesta del Libro alegró mi vida y enriqueció mi alma. Llegué cargada de mucho conocimiento, demasiados amigos, demasiadas caras, demasiadas visitas. Eso llena el alma y es un aliciente importante para nosotros |
El Programa Nacional de Bibliotecas Itinerantes, es una apuesta del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y la Biblioteca Nacional de Colombia que, a través de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, estimula la creación y el fortalecimiento de estos procesos BRI de base comunitaria y naturaleza itinerante, para fortalecer el tejido social y potenciar la riqueza cultural, étnica, lingüística y social de cada territorio.