Pobre marica, Enano y duende, Alcohólica, Modelo, Alexandra desnuda… estos fueron algunos de los títulos de los "libros" que las personas encontraron en la primera Biblioteca humana que se hizo en Colombia, en el año 2014. Los ciudadanos, de diferentes edades, llegaron al Centro Cultural de Moravia, en Medellín, para curiosear y "prestar" sus ejemplares con el deseo de conocer sus historias, vivir una nueva experiencia y ponerse en los zapatos de otro.
En esta Biblioteca humana, lo que encontraban los usuarios no eran los tradicionales libros impresos, sino seres humanos abiertos a contar sus experiencias y a narrar cómo, en algún momento de sus vidas, fueron víctimas de discriminación.
Algunos de estos usuarios, cuando estaban al frente de sus "libros", lloraron, rieron y se sintieron identificados con aquellas palabras que hablaban de la complejidad de la vida humana en sociedad, de lo crueles que podemos ser a veces y de la fuerza interior que se crea en medio de las dificultades y la exclusión.
La Biblioteca humana o 'Human Library' es una experiencia creada por la organización danesa "Stop the violence", conformada por jóvenes promotores de la No violencia y la no discriminación, quienes se movilizaron a principios del año 2000 para generar inclusión en su territorio.
Con la llegada de población inmigrante de diferentes orígenes y el incremento de los prejuicios hacia los extranjeros, los jóvenes daneses de esta organización creyeron indispensable hacer algo para evitar la exclusión y el fortalecimiento de radicalismos. Para ello, se basaron en la idea de las bibliotecas públicas como espacios de encuentro y crearon las Bibliotecas humanas, como espacios para conversar con "libros" o personas que tradicionalmente han sido excluidas, para que por medio del diálogo, el "lector" se ponga en sus zapatos, rompa prejuicios y cree lazos que dejen de lado el miedo y el rechazo a lo nuevo.
Esta metodología, que propone "no juzgar a un libro por su portada", se ha desarrollado en cientos de países del mundo, algunos de ellos bibliotecas, universidades o centros culturales. En Colombia, Bogotá también ha sido sede de estos espacios significativos, que funcionan como un mecanismo para promover la inclusión y el respeto por el otro.
Conoce más de esta experiencia aquí (solo en inglés).