Biografía  

Yo decía la espuma con alondras tibias,
veía deshojarse la rosa blanca del silencio
y con manos de humo cogía uvas en el huerto.

Maduraban los días y esperaba el secreto de los nidos.


Crecían las palabras hasta la altura de mi corazón
y reía sin olvidar la peligrosa edad de las manzanas.


Pero el inmenso caracol,
donde golpea la vida con nudillos de sangre
refugió en el alba
las primeras palabras de los hombres.


Sabía del nacimiento de las flores y el vuelo de los pájaros,
pero quise explicarme el llanto de los niños.


Tenía las manos humedecidas de rocío,
pero quise teñirlas de un silencio de violetas marinas.


Sabía cómo una piedra rompe el sueño del estanque,
pero quise despedazar mi sueño con un grito.


Salté la tapia para esperar la lluvia.


La vida estaba tendida a lo largo de la calle,
con cabellera azul y frente de azahar,
pero también tenía una flor y una sonrisa de luto,
unas alas tronchadas, unas manchas de sangre.


Aún siento deseos de cambiar mis nubes por banderas.


Pero en la vida. Sobre la vida. Contra la vida misma.
El color de la brisa. El temblor de la lluvia.
La palabra con tacto. El cuerpo de la música.
La mujer como un ramo de flores en la arena.
La tibia ternura de la espuma y los nidos.


El roce transparente. Los amigos celestes.
La presencia del viento. El ala del crepúsculo.
La soledad como una paloma dormida entre mis manos.


Ah los niños de rocío con hambre!
El encuentro de los hombres.
El hallazgo de las flores y las frutas.
El amor de la tierra el horizonte y el mar.


Sobre la arena el viento ha dibujado
una figura en rosa o nieve.
Un nombre como un pájaro de siete colores
deshoja la rosa blanca del silencio
y rompe nota a nota el caracol marino.


Anterior
Poema
Siguiente
Poema