Este proyecto “Recuperación de la Memoria
del Cine Experimental en Colombia” es apenas una primera aproximación
hacía un mapeamiento de un cine que muchos de los interesados en
este tema sabíamos de su existencia pero que no nos habíamos
puesto en la tarea de buscarlo analizarlo y sistematizarlo para darle
el valor que merece. Una producción de gran valor que refleja inquietudes
culturales, estéticas y narrativas dentro de grupos independientes,
en diferentes regiones colombianas, desde los años 1950. En Barranquilla
Luís Ernesto Arocha, Álvaro Cepeda Samudio, ambos pertenecientes
al célebre Grupo de la Cueva. En Cartagena, Enrique Graw, Tolin
de la Vega, Luís Mogollón, Gastón Lemaitre y Hernando
Lemaitre. En Cali, Carlos Mayolo y Luís Ospina, fundadores del
llamado Grupo de Calí o Caliwood En Bogotá, Luís
Alberto Restrepo, Erwin Goguel, Jorge Aldana, Sergio García y Luís
Crump del llamado grupo “Los Torreros”. Seguramente entre
muchos otros que seguiremos en la tarea de rastrear.
Este cine independiente fue durante muchos años desvalorizado y
sobretodo desconocido, tal vez, por el hecho de ser una producción
que no encaja dentro de las categorías convencionales del mercado,
limitadas éstas a clasificar las producciones como ficción
o como documental, por lo tanto terminó siendo un cine des-generado
y por lo tanto nadie se ocupó de él. También, por
el hecho de ser producciones independientes, realizadas fuera de las instituciones
culturales, de los medios de comunicación y de los formatos y duraciones
que estas consideran, no entró en los circuitos de divulgación
y promoción. Tampoco ayudó mucho la exclusión de
la categoría de experimental audiovisual dentro de las convocatorias
públicas colombianas, por lo menos antes del año 2010. Y
para rematar, en la década de 1990 se intensificó en Colombia
la implantación de la famosa política de Economía
y Cultura, con la ayuda del CAB, Convenio Andrés Bello. Esta política
considera que los productos audiovisuales financiados por el estado deben
ser, o al menos intentar serlo, rentables. Imagínese entonces el
dislocamiento del cine experimental, en este contexto.
¿Qué es cine experimental?
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Para una aproximación a la definición de cine experimental
me remito a un fragmento del texto “Pioneros del Video y el Cine
Experimental en América Latina” de Arlindo Machado, de Brasil,
en el que de manera clara y sencilla nos acerca a la definición
de este género audiovisual y que muy amablemente nos ofreció
para esta iniciativa. (El texto completo se puede consultar en esta página).
“¿Pero qué es experimental? Hasta los años
1960 se acostumbraba a clasificar las películas como “documentales”
o “ficciones” y no había mucha margen de maniobra para
salir de esa dicotomía simplificadora. Pero había una producción
emergente, en volumen cada vez más expresivo, sobretodo fuera del
circuito comercial, que en hipótesis alguna cabía en esa
clasificación obsoleta. Cuando Stan Brakhage comienza a hacer películas
poniendo alas de mariposa sobre una película en blanco, sin ni
siquiera obedecer los límites del fotograma, ya no era posible
mantener impunemente la dicotomía tradicional. Fue entonces adoptado
el término “experimental” para designar ese campo hasta
entonces excluido del audiovisual. Pero lo curioso es que el “experimental”
solo puede ser conceptualizado por su exclusión, por aquello que
él tiene de atípico de no-patrón, por aquello, en
fin, que no se define ni como documental, ni como ficción, situándose
fuera de los modelos, formatos y géneros protocolares del audiovisual.
El término fue adoptado con base en el uso que ya se hacía
de él en el cine underground norte-americano a partir de finales
de los años 1950. Antes, principalmente en los años 1920,
se utilizaba el término avant-garde para designar propuestas de
ese tipo. En el campo del video, el equivalente a cine experimental era
el video-arte, que tenía horizontes y propuestas estéticas
semejantes.
Naturalmente, el concepto de experimental envuelve más cosas que
simples demarcaciones de una diferencia con relación a la producción
audiovisual estandarizada. Como sugiere el propio nombre, el énfasis
de este tipo de producciones está en la experiencia, en el sentido
científico del descubrimiento de posibilidades nuevas. Jairo Ferreira
(1986:27) prefiere hablar de cine de invención, “un cine
interesado en nuevas formas para nuevas ideas, nuevos procesos narrativos
para nuevas percepciones que conduzcan a lo inesperado, explorando nuevas
áreas de consciencia, revelando nuevos horizontes de lo im/probable”.
Otros como Sheldon Renan (1970:1) prefieren hablar de un cine subterráneo
(underground), una explosión de estilos, formas y directrices cinematográficas”.
Encontrar las películas no fue una tarea fácil,
en primer lugar por la dificultad de identificarlas como experimentales
pues en muchos casos hasta sus propios directores no las estimaban como
tal, como lo dije antes, esta categoría no ha sido considerada
en Colombia, por lo tanto ha habido poca reflexión al respecto.
En segundo lugar, por la dificultad de ubicarlas: algunas están
en manos de sus directores, otras en la Fundación Patrimonio Fílmico,
otras en manos de familiares de los directores fallecidos, otras en fundaciones
privadas y una cantidad importante desaparecida. Y finalmente, la dificultad
de encontrar una copia en algún sistema análogo o digital
para su visualización y análisis.
Este proyecto de búsqueda, digitalización, sistematización
y divulgación de la producción de cine experimental en Colombia,
nos permitió recuperar una valiosa producción que guardaba
piezas muy valiosas.
Los de “la Cueva”
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“La Langosta Azul”, película del periodista, escritor
y cineasta colombiano Álvaro Cepeda, es basada en una historia
inédita de Gabriel García Márquez, nobel de literatura,
1982, con la ayuda de otros miembros del grupo La Cueva, de Barranquilla:
Enrique Grau, Luís Vicens, Nereo López y Alejandro Obregón.
Fue grabada en las playas de Puerto Salgar, en Barranquilla, en el año
1954, en 16 mm, duración 29’, blanco y negro, silente.
La película trata de un agente secreto extranjero, llamado El Gringo,
que investiga la presencia de radioactividad en unas langostas capturadas
en un pueblo de pescadores del Caribe. Mientras el Gringo toma un descanso
en el hotel, un gato le roba la langosta. Muy preocupado y angustiado
El Gringo sale a las calles del pueblo en su búsqueda, mientras
esto sucede, la cámara se dedica a realizar y presentar todo un
reportaje que documenta el ambiente y la vida del pueblo.
La película mezcla dos elementos cinematográficos casi antagónicos,
por un lado, la ficción científica a través de El
Gringo que investiga la presencia de radioactividad en unas langostas,
y por el otro, el documental directo a través de la vida cotidiana
de los pescadores, que nos recuerdan a los personajes de Macondo , en
la obra de García Márquez.
La película quedó cerca de cuarenta años sin ser
exhibida porque fue realizada en película de 16 mm reversible,
por lo tanto en copia única, sin negativo. Cada exhibición
producía daños en la única matriz de la película.
Finalmente, en 1990, un internegativo fue providenciado para una exhibición
en Nueva York y la película pudo volver a la circulación.
También encontramos tres películas del barranquillero Luís
Ernesto Arocha, miembro frecuente del grupo de la “la Cueva”,
arquitecto de formación, quien junto con el pintor Enrique Grau
descubrió su pasión por el cine en los años 1960.
Arocha nos contó acerca de su aproximación al cine experimental:
“En 1964 pasé un verano en Nueva York con el pintor Enrique
Grau quien tenía un estudio. Fue un verano que nos inició
en la pasión por el cine. En esos días comenzaba en Nueva
York el movimiento de cine experimental. Las películas de Warhol,
Brakhage, y otros eran exhibidas en las galerías del emergente
Pop Art a escondidas de la policía que las perseguía por
el contenido erótico, de películas como "Flaming Creatures"
y "Scorpio Rising" de Kenneth Anger. Compré una cámara
de 8 mm con zoom automático y filmé "La Pasión
y Muerte de Marguerite Gautier", con Grau haciendo el papel de Greta
Garbo como heroína de la "Traviata", hablando por teléfono
en una gran cama con Baldoquino rojo que había en el estudio”.
Luego del verano con Grau, en Nueva York, Arocha realizó al menos
cinco películas experimentales de las cuales hemos recuperado tres
para esta investigación, “Las Ventanas de Salcedo”
(1966), “Azilef” (1971) y “La Ópera del Mondongo”
(1974). Las dos primeras obras se inscriben en el llamado cine de artistas,
obras realizadas para ser exhibidas en galerías o museos. Y la
“La Ópera del Mondongo” es un documental.
“Las Ventanas de Salcedo” fue realizada a partir de objetos
escultóricos que cobran movimiento y un sentido erótico-
político a partir de un montaje escenográfico con cajas,
en cuyos interiores suceden acciones de amor, sexo, guerra. Los objetos
utilizados fueron encontrados en el taller del artista conceptualista
colombiano Bernardo Salcedo. Arocha comenta: En esta película no
hubo guión, preconcebido, fue saliendo a medida que se filmaba,
incluso durante el montaje, se hizo una referencia al sexo y a la violencia.
Por su parte Azilef (1970), que quiere decir Feliza al revés, fue
inspirada en la obra de la artista colombiana Feliza Burztyn (1933-1982).
En este corto Azilef es el nombre de un planeta en donde las esculturas
de Burztyn, semejan satélites de chatarra plateada volando por
un espacio abstracto.
Ya La Opera del Mondongo, un documental experimental, narrado por el popular
locutor radial Marco Pérez, nos sumerge en el corazón de
la fiesta del Carnaval de Barranquilla para hacer una aguda crítica
social.
También en el marco de una exposición de Felisa Burstyn,
en la Biblioteca Nacional de Colombia, Arocha participó con la
proyección, en la fachada de la Biblioteca, del corto “Hoy
Feliza”, realizado en 16 mm. Lo mismo que una proyección
en el techo de esta institución, de otro corto, en 8 mm, según
Arocha era un collage de recortes de películas de muchas fuentes,
incluidas las suyas. Al parecer algunos pedazos tenían escenas
eróticas o grotescas que provocaban el interés del público,
sobre todo por ser proyectadas en una institución tan solemne como
la Biblioteca Nacional de Colombia.
Enrique Grau (1920-2004), nació en Ciudad de Panamá, pero
se radicó en Cartagena. Hizo parte del destacado grupo de “La
Cueva”, en Barranquilla. Aparte de ser un prolifero pintor, dibujante,
escultor, grabador y escenógrafo para teatro, se interesó
por el cine experimental. Junto a Álvaro Cepeda Samudio, Luis Vicens
y Gabriel García Márquez participó en la realización
y actuó en la película La Langosta Azul, 1954. Dirigió
también “George Sand o la Contradicción” (1964)
y María (1965). Y junto a Luís Ernesto Arocha realizó,
en Nueva York, “Pasión y Muerte de Margarita Gautier”
(1964).
Pasión y Muerte de Margarita Gautier presenta tres delirantes versiones
de la muerte de “la Dama de las Camelias”, de Alejandro Dumas.
El personaje de Margarita Gautier es interpretado por el propio Grau travestido
de Greta Garbo, (la Garbo era su personaje femenino preferido). Las secuencias
de la muerte de Margarita Gautier fueron grabadas en un solo día,
por Grau y Arocha quienes decidieron que cada uno haría su propia
versión con el material grabado. La película de Arocha se
perdió.
Caliwood
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Carlos Mayolo y Luís Ospina son los fundadores del llamado Grupo
de Calí o Caliwood. Importantes exponentes del “Nuevo Cine
Latinoamericano” de los años 60 y 70 que planteaba una posición
política crítica arraigada en ideas de izquierda. En “Agarrando
pueblo, (los Vampiros de la Miseria)” Mayolo y Ospina hacen una
fuerte crítica a la izquierda oportunista latinoamericana por la
utilización de la miseria de sus pueblos como plataforma política
para ganar premios y reconocimiento en festivales internacionales. Es
una parodia que pone al desnudo la puesta en escena de los miserables
en documentales de “Pornomiseria”, según un concepto
de los realizadores, sin ninguna intención de profundizar en sus
problemáticas.
En un período en donde aún no se hablaba ni de hibridismo,
ni de pérdida de identificación de fronteras entre un género
y otro, Mayolo y Ospina ya se estaban aventurando a explorar otras narrativas.
“Agarrando Pueblo” es un metadocumental que reflexiona sobre
el propio documental a través de la apropiación de los códigos
y modelos del discurso cuestionando su propia objetividad.
Aunque Mayolo y Ospina se inscriben más en el género de
cine de ficción y documental,\ ésta película es hoy
en día considerada por los críticos y analista como una
película experimental. El propio Ospina dice no haberla concebido
como tal. (Ospina 2012, e-mail) “No sabría decirte cuándo
fue que Agarrando Pueblo entró en la categoría de experimental.
Pienso que nosotros no la planteamos como algo experimental cuando la
hicimos ya que no existían precedentes aquí en Colombia.
El primer museo que la tuvo entre su videoteca fue el Beaubourg. Pero
ha sido parte de los 30 años de su realización que la película
ha tenido una suerte de revival…..”
También durante sus estudios de cine en la Universidad de California
(UCLA), de 1968 a 1972, Ospina realizó el corto “Autorretrato
Dormido”, 1971, Super-8. Para este trabajo universitario Ospina
puso la cámara frente a la cama, la programo de manera automática
para que se activara cada 10 segundos y se acostó a dormir, así
registro 10 horas en tiempo real mientras dormía. La película
dura 3 minutos y no tiene texto ni música. La sinopsis de la película
dice así:
“Todos sabemos que Andy Warhol hizo una película de más
de cinco horas de un hombre durmiendo. Al verla me pregunté: ¿qué
pasaría si a Warhol se le quitaran los "puntos muertos"?
Por eso decidí filmarme diez horas con un obturador automático
que tomaba un fotograma cada diez segundos para hacer, tal vez, la única
película filmada por un hombre dormido”.
Los Torreros
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Los torreros, eran un grupo de amigos que vivían en las Torres
del Parque, edificios residenciales, ubicados al lado de la plaza de toros
La Santa María de Bogotá: Luis Alberto Restrepo, Sergio
García, Erwin Goguel, Luis Crump, Jorge Aldana, Martha Helena Restrepo,
entre muchos otros.
Maletas: 1980, 16 mm, 6 min 30 seg, color, musicalizada sin diálogo,
ciudad de realización: Boyacá-Colombia.
Maletas se basa en un sueño que tuvo Mauricio
Valencia, a partir del cual escribió una historia corta: un hombre
se sube a un bus intermunicipal, entrega su maleta el fogonero quien la
deposita en la canasta metálica en el techo del bus. El pasajero
abordo, se queda dormido y sueña con los personajes que ha visto
a su alrededor dentro del bus antes de quedarse dormido, los cuales en
el sueño conspiran entre sí para robarle la maleta. Al despertar,
el personaje descubre que se trata de un sueño premonitorio porque
su maleta se ha caído de la cesta metálica y queda abandonada
en la carretera.
Maletas fue producida gracias a los ahorros de su realizador, Luis Alberto
Restrepo, invertidos en dos rollos de película Kodak 16mm blanco
y negro y gracias al apoyo del entonces joven productor de cine Erwin
Goguel y su empresa “Mugre al Ojo” que aportó la cámara
Arriflex y el dinero para el alquiler del bus y la alimentación
de los actores y extras que participaron en el rodaje. Los actores principales
pertenecían al grupo “Alisios en las Montañas”
un grupo de teatro de ideología anarquista y contestaría
cuyas actuaciones tenían como característica una gestualidad
excesiva inspirada en el teatro de Becket, un manejo corporal derivado
del teatro mimo, técnicas con las que construyen los personajes
perturbadores y amenazantes que se aparecen en el sueño paranoide
del personaje. Los extras eran amigos del barrio “Las Torres”
que colaboraron desinteresadamente en un rodaje que duro un día.
Encontramos también películas de Sergio García: Hilo
Caracol y Punto, Ciudad Perdida y Satanás aqui no entraras
De Carlos Gaviria y Erwin, Goguel, Amanecer
De Patricia Restrepo, Momento de un Domingo y Por la Mañana