​Hugo Chaparro es un escritor multifacético y reconocido también por ser uno de los mejores críticos de cine en el país. Como invitado a Programa Escritores en las Bibliotecasvisitó los municipios de Palmira, Tuluá y Cali, en el Valle del Cauca, en donde los usuarios y habitantes de estas comunidades conversaron con él acerca de su experiencia como lector, escritor, poeta, periodista y crítico cine.

Sobre su experiencia al visitar las bibliotecas públicas, esto fue lo que nos contó:

• ¿Qué fue lo más valioso o lo que más rescata de la visita que realizó a las bibliotecas?

El factor humano de todos los milagros con los que me crucé en el viaje -el conductor que nos llevó de un lado a otro entre Palmira, Tuluá y Cali; los directores y funcionarios de las bibliotecas; los asistentes a las charlas; el buen compañero de viaje que fue Johnatan Jesús Clavijo Taborda, de la Biblioteca Nacional-, y rescato también el encuentro con los estudiantes que asistieron a las tres conferencias y con los miembros del club de lectura que tiene cada martes la BibliotecaPública Municipal Daniel Potes Lozanode Tuluá.

Me sorprendió descubrir el esmero asombroso con el que trabajó cada una de las bibliotecas visitadas–aparte de la Daniel Potes Lozano, la Mariela del Nilo en Palmira y la Centenario en Cali-, preparando la visita con lecturas previas de textos, además de la compañía afortunada que tuve de los moderadores que guiaron el diálogo con el público –en Palmira, alguien tan agudo y generoso como el escritor palmireño Mauricio Capelli, y en Tuluá un compañero en el oficio de escribir, Norman Muñoz Vargas-.

*La acogida, superlativamente cálida, en la Biblioteca Centenario de Cali, que garantizó la fiesta del encuentro con los estudiantes durante una larga mañana mientras girábamos alrededor de lo que ha podido escribir este amigo de ustedes. Los chicos que trabajan en la biblioteca se preocuparon de realizar con los estudiantes, antes de la visita, ejercicios alrededor de mis textos y así, los temas que se tocaron –escribir varios géneros literarios; el oficio de la poesía; la imaginación como la loca de la casa que puede ser la cabeza, entre otros- fueron estimulantes por la forma como me enseñaron, a través del público, otras posibilidades para mi escritura. 

• ¿De qué manera estas visitas aportaron en su oficio como escritor?

Mucho, pues un autor se debe, en gran parte, a sus lectores, y cuando se preocupan por conocer de manera cuidadosa lo que ha escrito ese autor, regalándole el privilegio de dialogar con ellos, pueden enseñarle secretos que acaso estaban agazapados entre sus líneas, secretos de los que él apenas se había percatado.   

He visitado varias bibliotecas públicas. Con este programa la dinámica asegura que no sea una visita en vano cuando el diálogo está cifrado por la lectura y por las opiniones alrededor de una obra concreta.

• ¿Cómo cree que estas visitas aportan en los procesos de lectoescritura y en el desarrollo socio cultural de las regiones?

La presencia, "de viva voz", de un autor en una biblioteca, le otorga una vida distinta a los libros que pueden encontrarse en sus anaquelesy, quizás, la curiosidad por su mundo, de parte de los usuarios de la biblioteca, puede nutrir las perspectivas de lectoescritura cuando es posible que surjan, lo digo animado por la esperanza, más escritores o, al menos –y no es poco-, más lectores. Una geometría entre el lado de allá y de acá de la página que sirve para el desarrollo cultural de un ser humano y de la región que represente.