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Del dolor al color: mural en la biblioteca de Samaniego (Nariño) refleja sentir de víctimas del conflicto armado
Biblioteca Nacional de Colombia
26/04/2023
El día de la inauguración del mural todos quisieron participar.  Ese viernes 14 de abril los del grupo de danzas quisieron bailar. Los del coro quisieron cantar. Los del club de escritura, compartir sus textos. Hasta la calle del frente, que siempre fue un parqueadero improvisado de carros y camiones, tuvo espacio libre para que todo el que quisiera viniera a ver la nueva fachada de la biblioteca.

Es una pintura en gran formato, de 11 x 11 metros, que refleja las penurias y dolores ocasionados por el conflicto armado en el municipio. “El mural es una manera de luchar contra la tristeza y mostrar nuestra resiliencia frente a lo que ha pasado en Samaniego”, señala María Eugenia Chamorro, integrante de la mesa de víctimas del pueblo, ese mecanismo de participación que garantiza la interlocución de las víctimas con el Estado, y de donde surgió la idea de plasmar su sentir con color.  

Con ellos estuvieron trabajando los chicos del grupo de ilustración de la Biblioteca Pública Cocuyos, —que también son víctimas de la violencia— para lograr que la imagen reflejara exactamente lo que querían expresar.  

La ilustración es el relato de una familia que sale desplazada de su tierra y llega a un pueblo donde los reciben con música, danza y literatura. La pintura es —al final de cuentas— el reflejo de Samaniego, un municipio en Nariño receptor de migrantes y desplazados en el que se impone el arte y la alegría.  

No es casual que el mural —conocido como Dignific+arte—colorea justamente la fachada de la biblioteca municipal, el espacio de encuentro para leer, escribir, dibujar, ver cine y usar la tecnología, o como dice María: “Un lugar donde uno puede distraer la mente porque tiene un ambiente de paz”. 

En la imagen se destaca la figura de una niña gigante que tiene en sus manos un libro abierto y, sobre este, unos cuantos curillos, las aves propias de la región. “Es el símbolo de esperanza que deposita la juventud en el conocimiento”, señala Carlos David Perugache, coordinador de la biblioteca. 

Para él y para María, la biblioteca fue el lugar ideal para desarrollar el mural, pues por un lado permite recordar que el arte y la cultura también han perdido con el conflicto armado y, por el otro, hace énfasis en que los componentes culturales de Samaniego han tenido un rol fundamental en la resiliencia y dignificación de las personas que sufrieron la violencia.  

Samaniego es uno de esos muchos lugares del país donde el conflicto armado se coló para instalarse como parte de la cotidianidad durante años, dejando más de 22 mil víctimas incluidas en el Registro Único de Víctimas, lo que representa casi la mitad de la población, que, según el censo de 2018, es de apenas un poco menos de 50 mil habitantes. 

“Por eso nos interesa trabajar la memoria y la cultura”, dice el coordinador de la biblioteca y coordinador de los grupos de ilustración y escritura, en el que participan jóvenes entre 13 y 16 años, cuyas creaciones, muchas de las cuales relatan también sus recuerdos del conflicto, publican en el blog Palabras Viajeras. 

En 2016, la Biblioteca Pública Cocuyos fue la ganadora del Premio Nacional de Bibliotecas Públicas por todo ese trabajo en concordancia con el contexto. Ahora, además, tiene una de las fachadas más lindas y significativas del país

Por: Carolina Lancheros Ruiz, periodista de la Biblioteca Nacional de Colombia