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Conservación de Colecciones


Una de las tareas misionales de la Biblioteca Nacional de Colombia es preservar el patrimonio bibliográfico y documental colombiano, lo cual resulta posible gracias a la implementación de siete líneas estratégicas definidas en la actual Política de Preservación de las colecciones que salvaguarda la institución: 

  1. Asegurar la gestión de riesgos sobre el patrimonio bibliográfico y documental. 
  2. Asegurar la conservación de documentos o colecciones audiovisuales. 
  3. Asegurar la rehabilitación de documentos deteriorados en soporte de papel. 
  4. Asegurar el cambio de medio de soportes frágiles o representativos a soportes y tecnología del momento. 
  5. Aumentar el peso de las actividades de preservación en el desarrollo de las actividades internas y externas de la Biblioteca.  
  6. Propiciar procesos de formación, investigación, cooperación y actualización en conservación de documentos. 
  7. Evaluar las políticas de preservación de la Biblioteca Nacional de Colombia. 

De estas líneas estratégicas se desprende una serie de tareas que requieren conocimientos y habilidades de distintas disciplinas: bibliotecología, conservación, diseño, ingeniería de sistemas, microbiología, restauración, química, entre otras, que se alinean para trabajar de manera articulada en un sistema integrado de conservación. 


Política de preservación del patrimonio bibliográfico y documental

Valoración del patrimonio bibliográfico y documental, ¿qué es?

 Estrategias de conservación de colecciones

Preguntas frecuentes

Para la conservación de documentos en soporte de papel, se consideran sanos los ambientes con humedad relativa promedio entre 55 y 60 % y temperaturas entre 18 y 23 ºC. Es importante, además, mantener los valores dentro de estos rangos y evitar oscilaciones bruscas, ya que son perjudiciales para la conservación de los documentos.

Los soportes audiovisuales requieren condiciones ambientales con rangos de humedad relativa muy estables, entre 35 y 40 %, y una temperatura de 18 ºC para la mayoría de los documentos, a excepción de las cintas y los discos magnéticos, cuya temperatura ideal es de 5 ºC.

La radiación ultravioleta proveniente de los rayos solares o de la luz artificial deteriora en forma acumulada toda clase de objetos. Por lo tanto, se recomienda implementar soluciones para reducir la incidencia de este factor como, por ejemplo, el uso de filtros UV, persianas, cajas, carpetas o ubicando las estanterías en contra de las fuentes de iluminación.

Son varias las características físicas que nos pueden llevar a pensar que un documento tiene algún tipo de biodeterioro, como la presencia de manchas o pelusas de colores, puntos de tonos amarillentos, zonas blandas y mal olor. Si algún documento dentro de la colección presenta estos indicadores, se recomienda la utilización de guantes y respirador o tapabocas para su manipulación. Adicionalmente, se aconseja separar el documento de la colección, envolverlo en papel blanco o kraft y acudir a un experto en conservación.

También es fundamental registrar el espacio físico para determinar qué pudo ocasionar el daño; por ejemplo, filtraciones o goteras, con el fin de corregir en el menor tiempo posible.


Sí. Tanto el polvo como la contaminación vehicular son especialmente nocivos para cualquier tipo de documento albergado en las bibliotecas. El polvo, además de generar abrasión por ser una micropartícula, sirve de reservorio para alojar ácaros, hongos y bacterias que afectan la salud de los documentos y la calidad del aire.

Los documentos deben ser almacenados de acuerdo con su formato y estado de conservación. Los libros de hasta 35 cm de largo se almacenan de forma vertical, y los libros de 35 cm en adelante, de forma horizontal. Cuando están deteriorados, es aconsejable almacenarlos en contenedores de cartón libre de ácido.

El mobiliario metálico es el más apropiado para la buena conservación de los documentos. En las zonas costeras es importante controlar la corrosión que pueda tener este tipo de mobiliario.

En una biblioteca, es necesario saber la cantidad de documentos, su estado de conservación y el tipo de material en el que fueron hechos. Este conocimiento permite: 1) valorar los documentos; 2) identificar la vulnerabilidad de los soportes, y 3) elaborar los diagnósticos de conservación para mantener la colección en condiciones óptimas.

Cuando un documento se encuentra frágil, es aconsejable realizar una copia de este a través de los medios disponibles; por ejemplo, se puede digitalizar por medio de un escáner, para minimizar su manipulación. También se recomienda elaborar un contenedor de cartón libre de ácido para su almacenamiento.

Son prácticas usuales de manipulación inadecuada:
  • Consumir alimentos al lado del libro.
  • Dejar dentro del libro elementos y separadores que solo se deben usar en el momento de la lectura.
  • Estornudar sobre los libros.
  • Halar un libro desde la parte superior del lomo (cofia) para sacarlo del estante.
  • Manipular los objetos con esferos o elementos que pueden manchar o rayar.
  • Pasar las hojas con los dedos húmedos con saliva.
  • Poner los brazos encima de los libros abiertos.
  • Presionar el lomo al momento de tomar fotocopias.
  • Voltear los libros boca abajo. 


En la Biblioteca Nacional de Colombia, la marca de agua y el pie de foto son utilizados para identificar quién preserva los documentos, quién es su autor y cuál es su fecha de creación. Es importante incluir estos datos en los recursos que son digitalizados, con el fin de dar el reconocimiento debido a los autores al momento de realizar su publicación en la Biblioteca Digital, en exposiciones y demás medios de divulgación.