Al río súnuba
Perseguido de cerca por la nube
camino vas del sueño, fugitivo
de árboles que te cercan amorosos.
La libertad que tu camino sigue
—al cielo atado por azules lazos—
es flecha de mi estrella disparada.
Huyes de ti, de tu diamante puro
cuya morada alberga los dormidos
peces que van al fondo desterrados.
Huyes de tu semblante que refleja
la sombra de los pájaros girantes
emigrando de verdes estaciones.
Huyes de tu reflejo cuya lumbre
nuevos sueños los días han alzado
como plumas de tierno movimiento.
Y huyendo de tu sueño y de tus voces.
Oh, río, de mi infancia claro espejo,
eres imagen de mi poesía.
Atado a nube, a estrella, a flor a música,
curvado vas, en pos de tu camino,
con la pesada servidumbre a cuestas.
Sísifo, al pie de cielo tan lejano,
alzando al hombro el monte de su arena
para que nube y agua hallen reposo.
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