Jinetes van

  Jinetes van camino de la noche.
  —Ah, noche y venta de lejana estrella—.
La palmera hacia el cielo en escalones.
Jinetes van con su canción de espuelas.


 

Noche cerrada: Calle. Plaza. Río.
Sombras que van bordando las paredes.
«Adiós paloma» dice la guitarra;
gavilanes de luna van y vienen.


 

Jinetes van, camino de la noche.
Un lucero ilumina su camino.
El pecho del caballo —dulce herida—
la flor de su reflejo le ha partido.


 

La plaza solitaria sin el árbol,
sin la ventana a la guitarra abierta.
Ya sin su voz que el viento detenía
y sin el golpe de su cabellera.


 

Sólo el río que ató con su dulzura
el pie de su camino a la montaña,
sintió sombra de luna y de jinete
galopando, en el fondo de su entraña.


 
   
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