Instante


 

  Ya el trémulo campo de mis voces
  yo te entregara a criba sometido;
linderos —un recuerdo y un olvido—
para el frío trabajo de tus hoces.


 

Manos, labios, pupilas, los feroces
deseos y mi sueño escarnecido,
el corazón que ya es de ti transido
y la casa sellada de mis goces.


 

Manos, labios, pupilas, lo que amas,
para tus negros yelos y tus llamas
yo te entregara, oh muerte, dulce o fiera;


 

pero una nueva voz está cantando,
gota al borde de ti, mío, temblando,
y los dos esperamos a que muera.


 
   

 

Anterior
Poema
Siguiente
Poema